Un viaje hacia el interior
Introducción:
De un documental a una road movie. Generos y subgeneros. Narrativas encontradas
"La mujer con los cinco elefantes”, del director alemán Varim Jendreyko.
El documental narra la historia de Swetlana Geier, una prestigiosa traductora de origen ucraniano, que en la década del ´90 se encontró con la tarea de traducir cinco obras de Dostoievski al alemán. En el transcurso del documental, uno de sus hijos enferma, y Swetlana comienza a recordar la manera en que ella cuidó de su padre, a sus quince años de edad, tras haber estado dieciocho meses en prisión, bajo la dictadura stalinista. Esta puerta que se abre hacia el pasado, lleva a la protagonista a la decisión de volver a su ciudad de origen, luego de sesenta y cinco años de haberse ido hacia Alemania. Su regreso a Kiev, logra la resignificación de un pasado y un presente que se entremezclan continuamente, acercándonos a una vida donde el lugar de la traducción sirve no sólo como sustento, sino también como búsqueda de identidad y de la propia existencia humana. Por esta razón, si realizamos una categorización con los conceptos requeridos en la materia, observamos una similitud o aproximación al género de Road movie, en donde el argumento no sólo consiste en un viaje llevado a cabo por su protagonista, sino también a la interrogación de las consecuencias y características que este viaje implica.
Desarrollo:
Si nos referimos a las definiciones de Nichols sobre la práctica del documental, encontramos que el autor explica la característica móvil que requiere este género, donde las reglas y convenciones no son históricamente fijas, sino que suelen variar. Sus definiciones se adaptan a las modalidades de cambios y estilos, que dependen de las necesidades del tiempo en el que se encuentran inmersas. Asimismo en las modalidades de representación que el teórico enumera, hallamos una caracterización en relación al documental expositivo e interactivo, en el documental que analizamos. Creemos que es expositivo ya que encontramos una voz en off que va narrando en el transcurso del film, sobre datos y detalles de la vida de la protagonista, sirviéndonos de diferentes imágenes, tanto fotográficas como fílmicas, que ilustran la información que se va describiendo. Al mismo tiempo es interactivo, por el hecho de hallarse continuamente la modalidad de entrevista, donde observamos un intercambio verbal con Swetlana, a veces en modo de diálogo, ya que el director interviene con su voz, como así también en forma de monólogo. Estas caracterizaciones o modalidades de representación se encuentran asentadas bajo el accionar de un viaje que se inicia y trasciende todo el documental. Desde el comienzo se nos presenta un plano del tren, su sonido acompaña la voz en off de Swetlana, hasta que la vemos a ella sentada sobre un sillón en su casa. La imagen del tren, los planos desde una ventana interior del mismo, y las imágenes de las estaciones, van a encontrarse reiteradamente a lo largo de la película. Ya desde el principio la idea de viaje se nos presenta como un accionar fundamental en la historia que se narra en el documental. Damos cuenta, a través del relato, que el director no tenía previsto ciertos hechos que fueron sucediendo a lo largo de sus encuentros con la protagonista. Por una parte su hijo enferma, ella rememora el cuidado de su padre y el pasado invade su vida; paralelamente recibe una invitación desde una institución educativa de Kiev para ir a dar una charla. En referencia a esta situación en la que se encuentra el director, podemos observar lo que Nichols explica sobre la capacidad de control en el caso del género documental. Si hay algo que no puede controlar plenamente el director, es su tema básico: la historia. Estos dos hechos mencionados anteriormente, llevan a Swetlana, junto a su nieta y al director, a emprender un viaje no sólo físico en tren hacia Ucrania, sino a iniciar un recorrido en donde volver, da cuenta de los recuerdos y las heridas que de algún modo siempre permanecieron en ella. Nos interesa destacar en este viaje, la idea de pérdida. Encontramos este tema reiteradamente en su trabajo de traductora, y evidentemente en los hechos de su pasado. Las circunstancias de la guerra que provocaron su radicación en Alemania, provocaron inevitablemente una pérdida de su lugar de origen. El alejamiento de su infancia, su adolescencia, sus amistades, o las cigüeñas de su dacha, que tan hermosamente menciona en la entrevista, comenzaron a formar parte de un pasado, que a través de todos los sentidos, sigue intacto en ella.
A los pocos minutos del comienzo, con un libro en su mano, ella explica: “Siempre se comprueba que la característica de un texto de gran valor es que éste se mueve. Y de pronto se ha preparado el texto, se ve todo y se sabe todo, pero de pronto aparece algo que no se había visto nunca. Un texto así es inagotable”. Se postula una revisión de la mirada, un redescubrimiento que podemos relacionar con lo que los formalistas rusos llamaron ostranenie: el efecto que debía producir la poesía, esto es extrañamiento, una sensación de otredad que tenía su correlato en la observación de lo cotidiano, lo ordinario como si fuera la primera vez, y de este modo era situado en la dimensión de lo extra-ordinario. La inagotabilidad del texto proviene de las distintas miradas, lecturas que se van a tener de él: la obra siempre dice algo nuevo. Cada lectura expande la anterior a la que se le escapó algo y a su vez, esta será extendida por una futura lectura. Si el texto es inagotable, traducir lo es aún más ya que una obra también cuenta con un rasgo “intraducible”: “Por importante que sea la parte de comunicación que se extraiga de ella y se traduzca, siempre permanecerá intangible la parte que persigue el trabajo del auténtico traductor” (Benjamin). Lo intangible, lo fugitivo es el rasgo que se escapa y huye. Swetlana dice: “¿Por qué traduce la gente? Es el anhelo de aquello que siempre se escapa del original inalcanzable, de lo último y esencial”. El anhelo se continúa en la idea de búsqueda que se representa como viaje de un texto a otro.
Al mismo tiempo, la traducción debe ser “transparente” (Benjamin), no cubrir el original. De este modo no hay retorno al origen y el viaje no cesa, se renueva todo el tiempo. Podemos pensar que la movilidad del texto y la pérdida que siempre permanece en el trabajo de traducción, se relaciona con la movilidad física e inevitable, sufrida por Swetlana. El irse y el dejar atrás su ciudad natal, simbolizan de alguna manera el trabajo de intérprete que llevó a cabo desde sus dieciocho años de edad. Partir del lugar de origen para volver a empezar en otro lugar, requieren de un nuevo comienzo, de una nueva oportunidad. Contemplamos a una mujer en su búsqueda dentro del significado de la existencia humana, del ser, y siempre a través de la literatura y su poética. Su trabajo como intérprete condensa su constante indagación sobre la vida: “Hay que adueñarse por completo del texto (…) Hay que llevarlo hacia adentro, hacia el corazón, hacerlo suyo. ¡Al traducir levanta la nariz!”. Si la traducción es viaje, también es cuerpo.
Hacia el final del documental, ella nos presenta a los cinco elefantes, las cinco grandes obras de Dostoievski condensadas en cinco volúmenes inmensos, los levanta uno por uno para luego sentenciar: “Leerlos ya es un esfuerzo físico (…) Esto no se traduce impunemente. Y no solo aprendí para mi profesión sino también para mi vida. Esto es gigantesco”. En Swetlana la traducción se hace carne. Las lecturas, el aprendizaje del alemán, el cuerpo como refugio, hogar y enlace con la niña que bebe de la misma fuente que las cigüeñas, la fuente como símbolo de lo fugitivo. El regreso a aquella fuente para beber agua por última vez es su deseo antes de morir, el símbolo del regreso a su infancia –ya inalcanzable- perdida en la dacha familiar. Es así que la idea de pérdida está presente en todo momento, un elemento que huye, se busca, se intenta restituir pero su misma naturaleza huidiza hace el proyecto imposible. El cuerpo es un puente entre dos países, dos lenguas, una mujer.
Frente a lo que escapa, vemos en el documental que algo que caracteriza a la traductora es la relación que mantiene con los objetos. Es así que hay una apelación constante a las impresiones táctiles a través del recorrido de las tazas y los manteles bordados que esconden una sabiduría inabarcable. El tacto es el modo de permanecer en el tiempo y la posibilidad de referirse de algún modo a lo inefable de la traducción y la propia experiencia personal.
A lo largo del documental constatamos que los saberes de Swetlana son fundamentalmente empíricos y enmarcados en situaciones cotidianas, en los objetos que manipula todo el tiempo, encuentra una forma para sus reflexiones. Por ejemplo, mientras plancha empieza a describir ese tejido de esta manera: “Cuando se lava la ropa los hilos pierden su orientación. Hay que ayudar al hilo a volver a encontrar su orientación. Quiero decir, éste es un tejido, las palabras “texto” y “textil” tienen la misma raíz. Es siempre un hilo en medio de muchos hilos. Y cuando se lo tiene ahí adelante es como nieve recién caída. En Moby Dick de Melville hay un capítulo maravilloso sobre lo blanco. Describe con esmero cómo es caminar por la nieve inmaculada. Se tiene la sensación de ser la primera persona que camina por primera vez sobre la nieve. Es como entrar a la cama con sábanas recién cambiadas, se tiene la sensación de descubrir tierra virgen, y eso es muy agradable”.
El documental nos permite ver en profundidad la tarea de traducción de Swetlana, verdadero pasaporte que le permitió los desplazamientos que vemos en el relato. Se nos muestra el proceso creativo de su trabajo que no se limita a un reemplazo de palabras de un idioma por otro. Hay una primera instancia de lectura y traducción; al ser mecanografiado este texto se vuelve diálogo entre Swetlana y su asistente, la señora Hagen. El texto se revisa nuevamente desde un enfoque poético con la ayuda de un músico, el señor Klodt, buscando la mejor sonoridad de las palabras. Swetlana misma se encarga de subrayar este proceso en su sentido estético, dice “En estas sesiones el texto en sí se queda muy en segundo plano. De lo que se trata ahora es de las palabras, las pausas y los acordes”. Hay que destacar que el director escoge un momento del trabajo entre Swetlana y el músico en la que también se refieren a la cuestión del movimiento. Discuten sobre la conveniencia o no del uso de una coma al traducir un fragmento que describe un carruaje tirado por caballos.
Conclusión:
En el análisis realizado podemos concluir que claramente se pueden conjugar dos géneros como el documental y el road movie. El viaje es protagonista de un recorrido en la vida de una mujer que desde temprana edad comienza a leer libros que la sumergen hacia diferentes historias, refugiándola ante su propio dolor. Pero asimismo es interesante destacar que la palabra, si bien es lo principal de su trabajo, no es sólo lo que prevalece. En la primera imagen que observamos de ella, nos dice: “Encuentro tan bello el poder hablar sin palabras, eso no necesita traducción”. Los demás sentidos, tanto el tacto como lo visual, van a estar continuamente presentes a lo largo de todo el film. Sus caricias sobre el mantel, la sensación del terciopelo cuando su padre habla sobre la prisión, o sus manos en las asas de las tazas de té que bebe pausadamente, nos dejan distinguir un cuerpo que necesita del sentir para ampararse del sufrimiento que se escapan de las palabras, que la razón no puede definir ni explicar. Un cuerpo que percibe y que siente como resistencia ante el dolor, ante lo inefable.
Haciendo un parangón entre el héroe paradigmático del road movie, donde el viaje lo transforma para nunca volver a ser el mismo del origen, podríamos pensar la tarea de traducción como ese viaje que tiene su punto de partida en un texto original para transformarlo luego en otro nuevo, inevitablemente resignificado. Extendiendo la comparación a Swetlana, conocemos a través de este viaje-pretexto a Kiev su propio proceso de transformación hasta su presente, cómo esta idea de pérdida se ha hecho cuerpo.
Bibliografía:
NICHOLS, Bill. La representación de la realidad, Paidós, 1997.
ALTMAN, Rick. Los géneros cinematográficos, Paidós, Barcelona, 2000.
BENJAMIN, Walter. La tarea del traductor (1923). Angelus Novus, Barcelona: Edhasa, 1971
RAMOS, Jesus - MARIMON, Joan. Diccionario del guión audiovisual. Editorial Océano, Barcelona, 2002.
Filmografía:
JENDREYKO, Vadim. La mujer con los cinco elefantes. Productora 3 Sat, 2009.
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