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Foto del escritorAna Clara Barile Visuales

La ausencia de la ausencia

Actualizado: 3 may 2020

Nuevos Cines, o no cines, definiciones que no definen y conceptos que se complejizan.

la parabola del ermitaño


Ponencia A presentarse en el congreso de Cine Uruguayos, "Nuevos formatos- transversalidad intermedialidad"


Palabras clave: Imagen simulacro, utopia, tiempo, campo ciego, ausencia. Márgenes. Marginalidad, estructura, antiestructura. Tegnologia, Enunciación .


Introducción


La ausencia de la ausencia. En el estado del cine


El llamado cine posmoderno enuncia la muerte del cine; no la muerte del cine como tal. Me inclino a pensar que es la forma de enunciar el estado actual del cine. Esta enunciación de muerte me lleva a pensar al cine como ausencia, y de allí todo el cine contemporáneo está marcado de relativas ausencia que caracterizan la enunciación de la muerte del mismo.

Se hablara del estado actual del cine, a través de distintas ausencias consideradas estructuran tés para caracterizar al mismo. Distinguiendo el cine desde las margenes y un cine marginal. Cuando hablamos de márgenes nos referimos a grietas, a pequeños intersticios que permiten aún hoy la existencia de un cine que se anuncia como muerte pero que en ese derrotero sigue existiendo. Y al cine marginal como el estado actual del cine.

No hablamos de muerte del cine sino de, “enunciación” que no da cuenta de una muerte sustancial sino de manifestar su estado actual, en un lugar particular, su marginalidad. Hablamos de ausencia, entendida como el abandono, no ausencia absoluta. Relación dialéctica entre lo que no se estaba y lo que no se esta. Lo que no se esta y aun tiene su relación con lo ausente.

En este estado del cine lo que encontramos como características principales son la ausencia de la ausencia. Esta se nos presentan relacionando el cine con algo más allá del cine, pero al mismo tiempo definiéndose en su relación dialéctica con eso otro, que no es el cine propiamente de las salas cinematográficas del siglo pasado.

La muerte del cine


El cine fue el medio hegemónico en la conformación del imaginario cultural durante el siglo XX, pero con la aparición de la televisión y del denominado "universo de lo audiovisual", el cine pasó a ser una región dentro del gran universo tecnológico. Nunca sociedad se ha abastecido de tanto cine como ahora, pero el modelo tradicional de la sala cinematográfica, de la black box , se encuentra en crisis. En el siglo XXI ya dejo del cine ser el constructor hegemónico simbólico del imaginario social. Ese espacio de prestigio ahora es compartido con un grupo más vasto de tecnologías.

Lo cinematográfico se ha ido constituyendo como un campo “expandido”, es decir, establece un campo de negociación conceptual con otras formas de producción audiovisuales, constituido en la tensión entre cine y televisión, video-arte y video-clip, etc. Poniendo en coalición la imagen simulacion/ imagen simulacro.

La copia y la simulación son dos concepciones agrupadoras para acceder a la bifurcación de la representación occidental. La copia, la que se alinea en la búsqueda mimética, es decir, construir imágenes a semejanza del mundo y traerlas al espacio de la representación, como un espejo de sí mismo. Digamos copia, mímesis y espejo. Y por otro lado, tenemos la simulación, que da la condición de existencia a un objeto inanimado, a través del movimiento y un tiempo particular; dicha existencia al presentarse como otro encuentra sus operaciones de significación, como un fantasma de lo otro. Digamos simulación, fantasma y existencia. Este último permite entender el arte en su interacción paralela con la realidad. El cine no dota a un objeto de movimiento y tiempo, tampoco a las imágenes que están contenidas en el rollo cinematográfico o en los datos de la banda digital, sino a una imagen abstraída de ambos, a una sombra, a un fantasma. La llamada imagen-simulacro.

En el simulacro, no hay nada inmutable, solo hay devenir, no hay jerarquía, no hay selección posible. No hay copia, no hay representación. Según baudrillard la simulación se nutre de la utopía de la existencia de un principio de equivalencia y, en consecuencia, en la negación del signo como valor otorgándose al signo reversible capaz de acabar con todo referente. El simulacro no solo acaba con su referente sino que no hay voluntad de referenciarse. Hay una ausencia de la utopía, una ausencia de realidad. (Baudrillard, 1994).

Ubicamos al cine posmoderno en esta situación, en esa imagen simulacro, y en ese simulacro, empezamos a dar cuenta de las primeras enunciaciones de la muerte del cine. Lejos de desaparecer, el cine es un medio que está en pleno proceso de mediamorfosis y coevolución. Las innovadoras formas de producción/distribución digital y su uso complementario de otros medios demuestran que el cine tiene la flexibilidad suficiente no solo para sobrevivir, sino para sorprender. El cine no morirá, pero sí un cierto modo de apreciarlo y llegar a él.


Ausencia del espacio. (De Lumiere a Edison)


Si hablamos de los comienzos del séptimo arte hay dos caminos: el de Lumière, que es realidad arcaica o el de Méliès que es magia. Yo me iría por el segundo camino.” Peter Greenaway


Cada vez existen menos espacios para las proyecciones convencionales y las salas entran en crisis. Cada vez más el cine responde a una opción individualizada y doméstica y solo sobreviven las salas vinculadas a las proyecciones en 3D y asociadas a otros espectáculos. El cine ya no es solo el cine de los lumieres, ese espacio oscuro y silencioso propio del cinematógrafo.

Cuando analizamos los comienzos del cine, nos encontramos con dos pilares de exhibición cinematográfica posibles. El modelo Lumière, con la sala colectiva, oscura y masiva propia del cinematógrafo, y el modelo Edison, que preveía el consumo individualizado en una especie de minipantalla, tal como era el kinescopio. El estado actual del cine apunta al retorno del modelo Edison, con el consumo individualizado en la pantalla de la computadora personal, a través de Internet, y no en la ceremonia colectiva de la sala a oscuras.

Esta ausencia de las salas cinematográficas, no anuncian su desaparición, sino más bien una ausencia de la ausencia. El cine se sigue produciendo pero ya no de la misma manera que antes, así tampoco su reproducción. El espacio cinematográfico es individualizado e invadido por otros espacios, un living, una pieza, un colectivo. La ausencia de ese espacio cinematográfico deja aparecer nuevas ausencia, cuando un nuevo espacio transforma el cine, en un visionado. Y ya no es tan importante la contemplación de la obra como el acontecimiento en sí mismo.

El lenguaje cinematográfico, anterior a su muerte anunciada, plantea ausencia de silencios y ausencia de oscuridades, ese estado paradojal, donde la imagen luz, se convierte en oscuridad plena, y el cine sonoro hace sus silencios. Esa ausencia solo era posible dentro del cinematógrafo. El visionado de una película en un living de una casa, en un celular , en un colectivo, elimina la ausencia paradojal propia del lenguaje cinematográfico. Allí donde había ausencia, ahora aparece la ausencia de la ausencia. En el living de una casa, hay luces y ruidos proveniente de otros espacios, y del mismo espacio que no es el cinematógrafo, en un colectivo ni hablar, el alo de luz que entra desde las ventanas, las conversaciones de gente que no está dispuesta a ver la película, el motor del coche al andar por la ruta, etc. Misteriosamente la enunciación de la muerte del cine se me revela como la ausencia de la ausencia, ausencia de un espacio que plantea un nuevo espacio ausente ya que no es el propicio del cinematógrafo. Lo que nos queda es la ausencia de la ausencia del silencio y la oscuridad. Ya no hay oscuridad plena, ya no hay silencio pleno.

Ahora frente a este derrotero el cine sigue existiendo y desde sus márgenes, primero porque las salas de cines no desaparecen y segundo porque aparecen y se reproducen nuevos espacios de exhibición, aparecen los espacios alternativos de exhibición. El estado actual del cine, pareciera más el estado de un cine desde la margen relacionándose con un cine marginal, que no es el cine de principios del siglo pasado. Al mismo tiempo que se anuncia la muerte del cine prosperan y se bifurcan las formas de producción de cine, se viralizan las películas en internet, se multiplican las pantallas reproductores y lugares de exhibición y los festivales de cine que cada vez son más y más variados.


Ausencia del tiempo


"He aquí la verdadera paradoja: a escala cósmica la duración de nuestras vidas es insignificante, y sin embargo ese breve lapso de tiempo en que aparecemos en la escena del mundo es el lugar mismo de donde sale toda cuestión importante" Ricauer


Uno de los grandes mounstros que se nos presenta en el estado actual de la sociedad es el tiempo. El tiempo en la actualidad se ha perdido, como dice el filósofo contemporáneo Byung-Chul Han se ha perdido el aroma del tiempo. Y con esto se refiere para decirlo de una manera más simplificada, es que considera que todos los momentos son iguales entre si ya que no existe un sentido que permita distinguirlo o priorizarlo. Nos encontramos en un tiempo atomizado, no hay acontecimiento, no hay momentos decisivos ni significativos.

Líneas más arriba habíamos dicho que la espacialidad del espacio cinematografio es invadida por otros espacios. Y es en este momento que el tiempo se nos presenta como atomizado, mientras miramos una película en el living tal vez cenemos, tal vez conversemos, tal vez wasapiemos con alguien más. Introducimos dentro del tiempo propio del film nuestro propio tiempo, o eliminamos el tiempo del film o video, porque no hay el tiempo de contemplarlo. El tiempo de contemplación se suprime y gana preponderancia el tiempo del acontecimiento, que está atomizado. La ausencia de la ausencia vuelve a caracterizar ese momento del cine que pareciere enunciarse como moribundo, y solo desde el margen aún se sigue autodefiniendo.

Vivimos en un mundo donde la imagen se erige así misma como significado preponderancia en la imagen, la imagen se contempla asi misma y se elimina el tiempo. La imagen es conocimiento sin intermediario. Se erige se legitima como soporte de significado. El tiempo se espacializa. Este perdida del tiempo, esta pérdida del estar, es significativa en el estado actual del cine. Los pequeños relatos que se observan en yuo tuve, en instagram y demás plataformas hacen desaparecer ese tiempo narrativo, que estructuraba y daba sentido. Lo único que nos queda es el tiempo de la imagen. Las nuevas tecnologías demandan nuevas estructuras narrativas, donde el tiempo se suprime casi hasta evitarlo, pero imposible de hacerlo, aun no, no sabemos, sin tiempo.

Si la imagen tiempo representaba el primer cine, luego la imagen movimiento, l que nos queda ahora es la imagen soberana. Ya el sentido no está dado por ese tiempo de unión entre dos imágenes por el tiempo en la imagen sino por la imagen misma. El acontecimiento narrado casi desaparece, el sentido casi desaparece, ya no hay que interpretar. El tiempo atomizado solo es igual, indefinido, el tiempo se espacializa y solo hay que ver.

Frente a esta espacialidad las nuevas estructuras narrativas parecen darle cada vez menos lugar al tiempo. No elimina el tiempo, pero lo atomiza

Pasamos de un tiempo narrativo, a un tiempo inestable, un tiempo suprimido pero aun construido dentro del tiempo fílmico. Pero este tiempo fílmico casi suprimido en el estado actual del cine se suprime en su reproducción. El visionado transforma esa ausencia en ausencia. El tiempo es suprimido en el film y el espectador lo suprime en su visionado, no solo en su posible acción de adelantar, retroceder, sino que el tiempo de contemplación del cine, es eliminado por el tiempo del acontecimiento en si mismo. La ausencia de la ausencia nuevamente.


Ausencia del campo ciego


“Cuando se reconoce clara y nítidamente que lo que se ve en ese plano no se agota en aquello que se representa visiblemente, sino que tan solo se insinúa algo que tras este plano se extiende de forma ilimitada, cuando hace alusión a la vida. La película es más de lo que en realidad parece ser” Andrei Tarkovski

Mucho se ha escrito sobre lo propio del cine, cual eran sus rasgos más característicos, aquellos que permitían verlos como un lenguaje en sí mismo. La imagen tiempo, la imagen movimiento que definía Delezeus permitieron darle al cine su mayor impronta, esa representación única que solo el cine era capaz de dar, y que lo convertía en un lenguaje.

Lo que más me gusta pensar como rasgo distintivo del cine no es solo esta imagen tiempo imagen movimiento, que hoy en dia el audiovisual, no especifico del cine, también lo tiene. Considero como rasgo específico del cine es lo que JL Comolli denomina el campo ciego.

En torno a la plasticidad de la imagen, y la pérdida del tiempo, aparece en el cine actual, una pulsión de la imagen casi obscena, reflejo de una sociedad completamente abarrotada de lo visual, la imagen se multiplica hasta casi un nivel pornográfico. En el llamado cine posmoderno con sus planos secuencia, el famoso stedycan lo que hacen es suprimir el encuadre, y no sólo suprime el encuadre, muchas veces suprime el campo ciego, el campo duplicado de JLl comolli. El embuste desaparece y lo que vemos es una acumulación de imagen y una supresión de tiempo, de tiempo fílmico, el tiempo recreado entre un espacio y otro, entre un plano y otro. El re encuadre en el mismo plano lo que hace es suprimir esa duplicidad del campo. La ausencia del encuadre provoca una ausencia del campo ciego, y una ausencia del efecto, la intriga. Aun más la desaparición del encuadre elimina ese tiempo y ese movimiento propio del cine que se creaba entre un plano y otro. La obstrucción pareciera desaparecer.

Por tanto el cine que es el arte del mostrar, pero que se reivindicaba a si mismo obstruyendo al mismo tiempo lo mostrado, elimina el efecto. La ausencia que provocaba el efecto del campo ciego, es suprimida. Se trasforma en ausencia de la ausencia. Aquello que quiero mostrar solo es posible obstruyendo, y esta obstrucción ya no es posible. La ultimas tecnología en 3d y cine de 360º, eliminan completamente el encuadre y muchas veces, e su mayoría ese campo ciego. Ese espacio duplicado. Frente a la ausencia de encuadre del stedycan que reencuadra, o de los famosos planos secuencias aparece en un cine que se especializa en no encuadrar, en eliminar la obstrucción, un cine a 360º. La ausencia de la ausencia nos vuelve a revelar nuevamente la enunciación de la muerte del cine, en su estado actual.

Esta ausencia de campo ciego, no solo se da en la ausencia del encuadre dentro del texto fílmico o el video. Se da en la ausencia de la producción completa de la película. El cine ya no es solo ver la película, es ver su producción, su elaboración. Sus efectos, sus aparatos de montaje, sus máquinas que generan ese 24cps. Las pantallas de cromakey, los trajes y efectos especiales de una película, son mostrados al público aun antes de verla. Los grandes detrás de cámara nos develan la realidad virtual del cine. La ilusión es destruida antes de crearla, la intriga se elimina por completo, el texto es descompuesto antes de poder interpretar su sentido.

Los grandes detrás de cámara eliminan parte de esa magia que el cine recreaba. Ausencia de una ausencia. Ese fuera de campo, ese fuera de encuadre, ese campo duplicado es ausente. La supresión de la supresión. La ausencia de la ausencia otra vez nos muestra las características actuales de un estado del cine.


Ausencia del autor/espectador


En la actualidad del cine las cámaras ya no imitan la visión humana, los desencuadres aberrantes, las ojo de pez, las pantallas partidas, y por el último el cine 3 o realidad virtual, la cual elimina todo tipo de encuadre obteniendo una realidad de 360 º. La focalización, el punto de vista la mirada del autor son interrumpidas por las nuevas tecnologías de producción y reproducción del cine. El sujeto de enunciación esta ausente, y pasa ser el emisor el que emite un mensaje que no crea por si mismo sino es impuesto por otro que se ausenta al mismo tiempo que el espectador aparece, y el espectador aparece abandonando su lugar de espectador. Si los rasgos autorales se habían puesto en dudas en la posmodernidad, en esa ausencia aparece la nueva ausencia que es la desaparición del sujeto enunciado, la ausencia de la ausencia otra vez nos revela un estado del cine actual. Si el espectador que ya había dejado de ser un espectador pasivo quieto en una sala de cine, es abandonado en una pantalla virtual para pasar a ser el sujeto de enunciación sin ser consciente de su propia enunciación, ya que esta fue impuesta. Y sin irnos al cine 3d o realidad virtual a 360 grados, ni siquiera saliendo de la sala de cine, en donde el espectador tendría claro su rol, aparecen los nuevos relatos de cine imitando los videojuegos. Entonces la cámara representa el ojo del espectador que en ese momento deja de ser espectador para pasar a ser el sujeto que juega en el virtual videojuego. Y la virtualidad del videojuego es una virtualidad, y el espectador abandona ser espectador para ser virtualmente el jugador del juego, y el el autor y realizador deja de ser el enunciador ya que se abandona y le aliena en la virtualidad, al espectador tomar su lugar, y ese lugar que ya había sido ausente por el mero hecho que la cámara solo toma al sujeto virtual del juego.

Esto no se desvincula con lo que ya veníamos hablando más arriba, una ausencia de campo ciego, una ausencia de espacio, y una ausencia de tiempo, se reubican para darle al estado actual del cine una metamorfosis que hace desaparecer casi todos sus rasgos sustanciales. Pero como dijimos al principio no creemos en su muerte absoluta, sino en la negociación que surge con las nuevas tecnologías, ubicándolo en un lugar ya no privilegiado sino desde el margen.

La película que imita el juego del videojuego se ubica en la marginalidad, negocia no solo desde su estructura narrativa sino desde su puesta en escena y la estética sus relaciones con el videojuego. Y a causa de esa negociación es que el cine se vuelve marginal. y esa marginación lo ubica en su estado actual.


Cine desde la margen y la marginalidad del cine


Esta marginalidad del estado actual la planteó como la espontaneidad, aquello que todavía no esta establecido. Como anti estructura. En el estado actual del cine no hay nada establecido, no hay estructura ni reglas, más bien pareciera que nos encontramos en un estado de lo espontáneo. De lo liminal, en estado comunitas en palabras de Turner. No hay nada establecido todavía, no hay una estructura.

Las nuevas tecnologías proponen nuevas formas de pensar, nuevas estructuras narrativas. Las nuevas tecnologías, que captan la imagen sin imitar la visión humana como hablamos líneas arriba, nos hacen pensar la imagen. Aparecen cámara, ópticas que captan lugares impensados para observar desde el ojo humano, el cine 360º lleva su tiempo y aun no sabes qué hacer con el. Las nuevas tecnologías plantean nuevas formas narrativas, nuevas temporalidades, la naturaleza tegnologica se nos presenta como un caos sensible al que todavia no le podemos dar estructura ni forma.

Siempre hubo cambios tecnológicos en el cine desde que apareció, y esos cambios también incidieron en la formas de hacer, de ver y de ser cine. Al principio el kinestoscopio de lumiere solo reproducia de alguna maneras distinta lo que era el teatro, solo que el teatro manipula realidades y el cine imagenes, tuvimos que esperar hasta 1906 que apareciera como salido de una galera a Griffit, planteando las bases del lenguaje cinematográfico en tan solo unos diez años, de 1906 a 1916, se rompió el marote para dar las bases de un lenguaje que poco cambió hasta la llegada del sonoro. El sonoro modificó de alguna manera ese lenguaje pero no fueron grandes cambios sustanciales, pero esa nueva tecnología trae nuevas formas narrativas, nuevos géneros, del wester y la comedia pasamos a los ganster, las comedias románticas y las comedias musicales. Aparecion Bazin que frente al resto de los críticos parecía el unico de no tener una mira apocaliptica del cine con la llegada del sonoro, acento las bases de un cine que debia ser tan real como pudiera, parecia un acto tardio de los naturalistas del siglo XIX, el arte debería representar la realidad lo más fiel posible. Surge el neorrealismos y nuevas estéticas, el plano secuencia es la moralidad espacializada del cine frente, al atroz manipuleo del montaje. Y luego aparecen la nueva ola, el free cinema, el cine independiente americano. El cine impersonal y transparente que propugno Bazin ya no tiene nada que hacer asi, y tampoco las reglas del cine de montaje anterior. Aparece un nuevo cine de vanguardia imponiendo quisas un nuevo lenguaje, pero este no aparece solo, sino esta acompañado de los nuevos cambios tegnologicos. Camaras de facil manejo, teleobjetivos, emulsiones sensibles que permiten rodad en condiciones precarias de luz, magnetófonos portátiles. Toda la historia del cine esta marcadas por nuevas tegnologias y nuevas formas esteticas, los cambios más revolucionario fueron a mi entender el lenguaje de Griffit, el sonoro y actualmente el cine 360 º y el internet.

Entonces frente a un cine marginal hay un cine desde las márgenes. El cine marginal pareciera que esta construyendo su propio camino, y desde esta espontaneidad de esta coalición me parece que hay que pensar el estado actual del cine. Por otro lado hay un cine desde las márgenes, este cine desde las márgenes es el cine que aún conserva las estructuras anteriores, si bien incorpora algunas nuevas tecnologías y sufre ciertas metamorfosis aun imprime esa esencia del cine del siglo pasado.

La marginalidad de lo actual se contrasta con el cine marginal, mientras unos siguen sosteniendo ciertas estructuras estables, que perduraron y continuarán en el tiempo, un entramado de posicionamientos estables y perdurables, institucionalizando el hacer, ver y ser cine. Aparece el cine marginal, que surge como antiestructura, retomando el concepto de turner, comunitas, antiestructura, espontáneo sería esa forma de hacer, ser y ver cine. Ninguna elimina a la otra sino que son opuestas y complementarias entre sí.

Las nuevas tecnologías, nos hace pensar en las formas representacionales, nos hace pensar en las formas en como pensamos lo que pensamos. Nos hace pensar en la imagen. el cine no está por fuera de estos abatares que nos proponen las nuevas tecnologías, no creo que el cine siga siendo el mismo cine del siglo XX ni que siga teniendo el mismo estatus. Los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías cambiaron no solo las formas de pensar, saber y conocer sino cambiaron los sujetos de conocimiento. Los medios tecnológicos de comunicación hoy pasan a ser estructurante y el lugar de la cultura cambia. La tecnología es más que aparato, la tecnología nos llega como sensibilidad. El sujeto de ahora no es el mismo que el del siglo XX, el cine actual no va ser el mismo que el del siglo XX, pero así como el sujeto no va a desaparecer, el cine tampoco. Frente a este nuevo sujeto de conocimiento, frente a este nuevo ciudadano que está surgiendo, surgirá un nuevo cine.


7RICOEUR, P., Tiempo y narración I. Configuración del tiempo en el relato histórico. Cristiandad, Madrid, 1987, p. 46.

8 RICOEUR, P., El tiempo contado, Revista de Occidente, no.76, 1986,[42-64], p.48.

ICOEUR, P., Temps et récit III., Du Seuil, Paris, 1985, p.355. Traducción del autor.

Krauss, R. (2008). La cultura en el campo expandido. En H. Foster (Ed.). La posmodernidad. Barcelona: Kairós.

povetsky, G. & Serroy, J. (2009). La pantalla global. Cultura mediática y cine en la era hipermoderna. Barcelona: Anagrama.


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