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Foto del escritorAna Clara Barile Visuales

Hacia una definición de los estudios culturales

Actualizado: 12 jul 2019

Lecturas comparadas entre Bourdieu y Willlians , buscando una definición de cultura dentro de los estudios sociales.


El campo intelectual

El concepto de campo intelectual marca un punto de quiebre en la moderna sociología de la cultura. Fue acuñado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930-2002) a partir de un vasto programa de investigaciones diseñado en los años '60, que comenzó con el estudio del sistema escolar francés y se extendió a áreas del conocimiento como la formación de las élites intelectuales, los campos profesionales, la percepción artística y las formas de consumo estético, el campo de las academias y su homo académico, el campo político y el problema de la representación.

El campo intelectual en tanto espacio social relativamente autónomo de producción de bienes simbólicos permite una comprensión de un autor o una obra (y también de una formación cultural o política) en términos que trascienden tanto la percepción sustancialista (el autor u obra en su existencia separada), tributaria de la ideología romántica del genio creador, como la percepción de la sociología mecanicista, que simplemente los reduce a sus determinantes sociales. El autor no se conecta de modo directo a la sociedad, ni siquiera a su clase social de origen, sino a través de la estructura de un campo intelectual, que funciona como mediador entre el autor y la sociedad.

Dicho campo, por otra parte, no es un espacio neutro de relaciones interindividuales sino que está estructurado como un sistema de relaciones en competencia y conflicto entre grupos situaciones en posiciones diversas, como un sistema de posiciones sociales a las que están asociadas posiciones intelectuales y artísticas. Al referirse al proceso de automatización, plantea que éste se va producir como consecuencia de la aparición progresiva de instancias especificas de consagración y selección de los artistas, que lo liberaban a la tutela de cortesana y religiosa, en la que hasta ese momento constituía el ámbito de producción artística. Críticos, editores, marchands, escuelas y academias y la aparición de público a diferencia de la elite, son las nuevas instancias y nuevos agentes a los que refiere Bourdieu y que permiten establecer posiciones y relaciones entre los agentes que interactúan en el campo artístico. Este campo consta de un capital común acumulado y de una puja entre los diferentes agentes sociales por la apropiación de ese capital simbólico. Cada agente que participa del campo artístico, posee una determinada legitimidad, que da cuenta de su posición y peso especifico dentro del campo. Bourdieu propone un análisis del arte como reflejo de la producción social, estableciendo que el sujeto se mueve mediante acciones que realiza y elige, dentro de condiciones sociales: “[...] al poner al descubierto que, como producto de una historia, éste sistema no puede disociarse de las condiciones históricas y sociales de su integración y condenar por ello toda tentativa de considerar las proposiciones que se desprenden del estudio del campo sincrónico de un estado del campo como verdades esenciales, transhistóricas y transculturales. Una vez conocidas las condiciones históricas y sociales que hacen posible la existencia de un campo intelectual -una vez definidos, al mismo tiempo, los límites de validez de un estudio de un estado de éste campo-, éste estudio adquiere, entonces todo su sentido, porque puede captar “en acto” la totalidad completa de las relaciones que integran el campo intelectual coma sistema. Así pues el autor intenta averiguar el modelo subyacente por el cual se produce en las distintas épocas la selección y consagración artística pasando desde el feudalismo al capitalismo. Mediante esto intenta entender como es que se producen los cambios en el campo intelectual, y plantea de este modo el surgimiento de la automatización metodológica que practica un método estructural al tratar el campo como un sistema regido por sus propias leyes, en el que a medida en que aparecen instancias de selección y consagración propiamente intelectuales se van colocando en una situación de competencia por la legitimación cultural. Situación en la cual cada una de las partes del campo intelectual depende de todas las demás aunque no todas en el mismo grado. Estas dependencias se definen en su ser, en su función de acuerdo a la posición en esta estructura y por la autoridad, más o menos reconocida y siempre mediatizada por la interacción que se establece en el seno mismo del sistema. El creador mantiene de este modo una relación diferente con su obra según la legitimación que lo leva necesariamente a ocupar una posición marginal u oficial, en una sociedad dada en un momento dado del tiempo. De este modo el tipo de explicación dada es funcionalista porque se especifica la existencia de una estructura o institución (el campo intelectual) en la que la función de sus componentes se vincula con el hecho de que su presencia permite explicar la existencia y permanencia de la estructura total.


Una nueva forma de entender la cultura

El campo intelectual artístico en occidente se definía autónomo en oposición a la economía y a la política y a la religión. Liberado de la aristocracia y la iglesia de sus valores éticos estéticos. A medida que aparecieron instancias de especificación y selección de propiedad intelectual (academias, salones, casas de intelectuales, asociaciones culturales). Aparición del teórico del arte por el arte. El intelectual lleva la representación de los valores constitutivo de las definición social. Para willlians este hecho coincide con la revolución. Industrial en Inglaterra. Lo que se pregunta es: ¿si esta revolución estética que se afirma en la realidad superior del arte del genio autónomo surge como respuesta a la amenazante industrialización?. Pasa de un espectador de una crítica o consejo de un círculo pequeño a masas indiferenciadas impersonales y anónimas de lectores sin rostros. A su vez la existencia de mercado literario y artístico hace aparecer profesionales propiamente intelectuales. Surge un campo intelectual de relaciones dentro de un sistema de producción intelectual.

Todas las partes del campo intelectual están vinculadas dependen entre sí, pero están colocadas en una relación de interdependencia funcional, las relaciones que cada intelectual puede mantener con cada uno de los demás miembros de la sociedad intelectual o con el público y con toda realidad social exterior al campo intelectual están mediatizadas por la estructura del campo intelectual o más exactamente por su posición en relación a las autoridades propiamente culturales. Ahora bien la relaciones de los que integran el campo son de competencia y de complementariedad cada uno de los agentes y de los sistemas de agentes que forman parte del campo intelectual debe una parte más o menos grande de sus características a la posición que ocupa en este sistema de posiciones y de oposiciones. Cada intelectual en el campo intenta en relación al otro consagrase, buscar legitimidad la que ostenta ese poder es la academia con su ortodoxia. La sociología de la creación intelectual y artística rebasa la oposición entre una estética interna (la obra en sí misma tiene su razón y su razón de ser) y una estética externa (donde se esfuerza por oponer las relaciones entre las condiciones económicas sociales y culturales de la creación artística). Por un lado las obras surgen influenciadas por los acontecimientos económicos y sociales pero al mismo tiempo el campo intelectual permite la conversión de sentido y de valor al transmutarlos en objeto de reflexión o de imaginación. Se trata de un campo de relaciones dominadas por una lógica específica: la lógica de la competencia por una “legitimidad cultural”. En este sentido, el artista debe enfrentar la definición social de su obra lo que implica ver en qué medida interviene la sociedad en el “proyecto creador” imponiendo al artista sus exigencias o rechazos. Una sociedad mantiene como legado una cantidad de temas y convenciones que forman el patrimonio cultural legítimo de una sociedad. Este es lo que Bourdieu llama “capital cultural”. La posición de un artista, escritor o intelectual respecto del capital cultural defina su posición dentro del campo. Un artista puede ser calificado como oficial, de vanguardia, marginal o integrado en tanto se acerque o aleje, comparta o no el patrimonio cultural legitimado dentro de una sociedad. Por otra parte, en la teoría bourdiana, cada posición se define por su relación con las demás por lo que la situación de un autor no solo se determina por su grado de aceptación del capital cultural sino también por su relación con los otros artistas, con las instituciones oficiales y privadas, etc.


La economía como variable

Willians intenta ver ¿por qué la cultura se ha convertido en una variable sometida a la economía?, razón por las cuales va a discutir porque es sometida de ese modo y porque se han aplazado otras posibles reflexiones. Williams hace una genealogía del concepto de cultura en la sociedad industrial, desde los románticos. Va construir una historia de las ideas las formas culturales materializadas que expresan regímenes, sistemas de percepción, sensibilidades. Y que Williams las va a trabajar bajo el concepto de estructura del sentimiento. Empieza a pensar la cultura como un proceso total, que se da por medio o a través de, los sentidos y definiciones construidos socialmente. Por un lado se construye y por otro se transforma históricamente. Es decir, esto es lo que Williams trata de ver en la literatura y en el arte como formas privilegiadas de comunicación social. La estructura de sentimiento, dice Williams, permite captar la cultura vívida recortada sobre las instituciones, formaciones y experiencias que se organizan en la fijación de un modelo o en las líneas de la tradición. Hay un punto respecto a estas estructuras de sentimiento que permitiría definirlas en términos de formación cultural. La estructura de sentimiento da cuenta de un eje sincrónico. Lo sincrónico remite a qué leían, qué consumían y cómo se relacionaba con el resto de su vida en determinada época. Experiencia concreta que comprende actividades particulares, integradas y a formas de pensamiento y de vida. De alguna manera, la estructura de sentimiento va a reflejar tensiones, contradicciones, luchas que van a desencadenar rupturas e incluso, la imposibilidad de una nueva estructura de sentimiento. La estructura de sentimiento, finalmente, funciona como organizadora y, al mismo tiempo, como tamiz de las experiencias culturales. La estructura de sentimiento no es lo que solamente marca cómo se leyeron y cómo determinadas prácticas incidieron en un grupo. Sino que también genera la posibilidad de leer otras formas, cambios, tensiones, lucha.


Nuevas ideas a raíz de nuevos conceptos

Los estudios culturales están tratando de pensar la ideología como sistema de ideas. Y ahí aparece Grasmsci como gran organizador, gran catalizador de los estudios culturales a partir del concepto de hegemonía y un pensamiento violentamente anti- reduccionista. Y es lo que va a permitir articular la política con lo cultural. La hegemonía tiene que ver con la construcción de un pensamiento anti-economicista. Es decir, un pensamiento en el cual lo económico no atraviesa las demás esferas y, por tanto, defiende una autonomía relativa de lo cultural sin caer en el culturalismo. Hegemonía va a tener dos posibles entradas o dos posibles especificaciones va a ser un concepto relativo. Esta transformación significa que va a desplazarlo estrictamente de lo político para tratar de ponerlo en una centralidad de lo ético y lo cultural. Va a ser un concepto clave para tratar de pensar una forma ideal típica que adquiere la obligación política en el Estado moderno concepto clave va a darse en la medida que se va a tratar de definir no ya como un comportamiento adjudicado al proletariado, sino como la forma ideal típica que adquiere la dominación política en el Estado moderno.


Hegemonía- no economía

Respecto del economicismo, del privilegio que dan ciertas lecturas marxistas respecto de la esfera económica, Gramsci se va a colocar en un extremo opuesto. Es decir, no va a poner la economía y las otras esferas de la vida social en una lógica de causa-efecto sino de medios-fines. La economía no es la causa que genera ese efecto en distintas esferas, sino que es un medio que organiza en términos de superestructura otros campos. La hegemonía tendría un alcance mayor que el concepto de cultura porque, entre otras cosas, tendría capacidad de advertir la distribución de poder que hace a un proceso social. La hegemonía constituye todo un acervo de prácticas en relación con la totalidad de la vida. Es un sistema vívido de significados y valores que otorgan un sentido de realidad para la mayoría de la gente de la sociedad. De alguna manera, esta definición o esta afirmación de la hegemonía es lo que permite que la cultura no sea considerada como una superestructura, ya que la tradición en la práctica cultural es comprendida como algo más que un reflejo de una estructura económica.

Esto puede comprobarse a lo largo de Marxismo y Literatura, en donde el mismo Williams irá retomando conceptos contradictorios o disímiles del mismo Marx, enalteciendo el carácter hermenéutico (podríamos recordar el anticipo fenomenológico de Michel Henry en su lectura del marxismo) de sus trabajos. Esta lectura, que irá tramando nuevos e indeterminados recorridos, será necesaria para ingresar en una época histórica en la que surgen nuevas formas de comunicación, y por lo tanto de cultura. "hegemonía" es un concepto que, a la vez, incluye los dos poderosos conceptos anteriores: el de "cultura" como "proceso social total" en que los hombres definen y configuran sus vidas, y el de "ideología", en cualquiera de sus sentidos marxistas, en la que un sistema de significados y valores constituye la expresión o proyección de un particular interés de clase. Existe un modo absolutamente diferente de comprender la actividad cultural como tradición y como práctica. El trabajo y la actividad cultural no constituyen ahora una superestructura: no solamente debido a la profundidad y minuciosidad con que se vive cualquier tipo de hegemonía cultural, sino porque la tradición y la práctica cultural son comprendidas como algo más que expresiones superestructurales de una estructura scial y económica configurada. a tradición como supervivencia del pasado. Sin embargo, esta versión de la tradición es débil en el punto preciso en que es fuerte el sentido incorporado de la trradición: donde es visto, en realidad, como una fuerza activamente configurativa, ya que en la práctica la tradición es la expresión más evidente de las presiones y límites dominantes y hegemónicos, es en realidad el medio de incorporación práctico más poderoso. Lo que debemos comprender no es presisamente "una tradición", sino una tradición selectiva: una versión intencionalmente selectiva de un pasado configurativo y de un presente preconfigurado, que resulta entonces poderosamente operativo dentro del proceso de definición e identificación cultural y social. dentro de una cultura particular, ciertos significados y prácticas son seleccionados y acentuados y otros significados y prácticas son rechazados o excluídos. esta selección es presentada con éxito como "la tradición", como el "pasado significativo". Lo que debe decirse entonces acerca de toda tradición, en este sentido, es que constituye un aspecto de la organización social y cultural contemporánea del interés de la dominación de una clase específica. Es una versión del pasado que se pretende conectar con el presente y ratificar. La selectividad no solo depende de sus instituciones una cultura efectiva es siempre algo más que la suma de sus instituciones. Esta es la razón por la que, en cualquier análisis, debemos incluir asimismo a las formaciones. Las formaciones son más reconocibles como tendencias y movimientos conscientes (literarios, artísticos, filosóficos o científicos) que normalmente pueden ser distinguidos de sus producciones formativas. Es generalmente característico de las sociedades desarrolladas complejas que las formaciones, a diferencia de las instituciones, tengan un papel cada vez más importante. La tradición es un concepto clave de su teoría. En este sentido, nosotros lo que tenemos que tener en cuenta es que la tradición como sistema no abarca todo el pasado literario.

La teoría de Williams es una teoría cultural, no una teoría económica. Heredera, podríamos decir, de los primeros desplazamientos realizados por Bajtín o William Morris. Williams término el componente dinámico del proceso. La cultura deja de ser algo acabado, fijado, o establecido de manera sistemática. Es un momento que sucede como lo vivido, de oposición entre los distintos valores y experiencias de clase

Define Cultura: Como el sistema significante a través del cual un orden social se comunica, se reproduce, se experimenta, se investiga. En esta definición se produce cierta convergencia entre el sentido antropológico de cultura y el sentido más generalizado de cultura como actividades intelectuales y artísticas. Pone énfasis en la “cultura vivida”. Uso más común: cultura como cultivo activo de la mente. A partir de esto, Williams habla de dos convergecias que pueden resumirse como Idealista y materialista. Pero en la segunda mitad del siglo XX surge una nueva convergencia que se interesa por un “orden social global”, pero insiste que la “práctica cultural” y la “producción cultural” no se derivan de un orden social ya constituido, sino que son elementos esenciales en su propia constitución. Habla de la dimensión social interviene sobre todo los procesos, hace un análisis materialista de estructuras del poder hegemónico que se replican a su juicio, en todas las clases sociales. En cuanto a la ideología, lo que nosotros tenemos es un sistema de significados y valores que de alguna manera proyectan un interés de una clase particular. Este sistema puede aparecer o bien relativamente articulado, puede ser abstraído, puede pensarse como una perspectiva de clase y puede pensarse como modos de un proceso social. En este sentido es que el concepto de hegemonía rebasa o supera al de ideología. Por otra parte Williams no piensa todo en términos de conflictos, “no existen las masas” hay formas de asociación, en síntesis, son categorías constituidas de la experiencia. Para él, hay un orden hegemónico incorporado, observa una dimensión colectiva; porque todos hacemos lo mismo. La explicación para él es histórica y cultural. Piensa, a su vez, que hay continuidad histórica, vale decir, el germen cultural está en el pasado. Existe un condicionamiento Historia-Experiencia. Para Williams, siempre hay conexión de una historia y ratificación de los vínculos. En todo proceso cultural encontramos elementos culturales arcaicos, residuales y emergentes. Considerando lo emergente, como lo nuevo en un sistema cultural que da cuenta de un resultado cultural siempre en proceso y estos procesos siempre están emparentados. Toma lo emergente en oposición a lo hegenomónico. Para el autor la cultura siempre es un proceso dinámico, no estático, y el que se queda quieto pierde.


Willians y las maneras de concebir la cultura

Willans habla de diferente manera de concebir la cultura. Podemos hablar de una cultura residual, una cultura dominante y una cultura latente. Donde uno podría decir, exageradamente, esto tiene que ver con el pasado (residual), esto con el presente (dominante) y esto con el futuro (latente). hay algo que no podemos dejar de señalar y son los movimientos, los cambios, las tensiones que se dan al interior de esa misma cultura dominante

La complejidad de una cultura debe hallarse no solamente en sus procesos variables y en sus definiciones sociales -tradiciones, instituciones y formaciones-, sino también en las interrelaciones dinámicas, en cada punto del proceso que presentan ciertos elementos variables e históricamente variados. Por "residual" quiero significar algo diferente a lo "arcáico", aunque en la práctica son a menudo muy difíciles de disinguir. Toda cultura incluye elementos aprovechables de su pasado, pero su lugar dentro del proceso cultural contemporáneo es profundamente variable. Yo denominaría "arcáico" a lo que se reconoce plenamente como un elemento del pasado para ser observado, para ser examinado o incluso para ser conscientemente revivido de un modo deliberadamente especializado. lo "residual", por definición, ha sido formado efectivamente en el pasado, pero todavía se halla en actividad dentro ddel proceso cultural; no sólo -y a menudo ni esto- como un elemento del pasado, sino como un efectivo elemento del presente. (relñigon o comunidad rural).

"emergente" quiero significar, en primer término, los nuevos significados y valores, nuevas prácticas, nuevas relaciones y tipos de relaciones que se crean continuamente. Las definiciones de lo emergente, tanto como de lo residual, sólo pueden producirse en relación con un sentido cabal de lo dominante.

Williams se refiere a “tradición selectiva” como “una versión intencionalmente selectiva de un pasado configurativo y un presente preconfigurado, que resulta entonces poderosamente operativo dentro del proceso de definición e identificación cultural y social”. En este sentido, es selectiva porque a partir de un área total posible del pasado y el presente, dentro de una cultura particular, ciertos significados y prácticas son seleccionados y acentuados, y otros significados y prácticas son rechazados o excluidos. Lo que debe decirse entonces acerca de toda tradición es que, antes que ser una mera supervivencia del pasado, constituye un aspecto de la organización social y cultural contemporánea del interés de la dominación de una clase específica.

Como puede la cultura residual presentar una relación alternativa o de oposición respecto a la cultura dominante, y otro de qué manera también esa cultura residual ha sido incorporada a la dominante. Es decir, como se pueden leer diferentes cuestiones.

Los elementos residuales siempre mantienen cierta distancia con la cultura dominante efectiva. Pero la mayoría de las veces son incorporadas a la cultura dominante a través de la reinterpretación, la disolución, la proyección, la inclusión e, incluso, la exclusión discriminada. Lo cual, en términos de exclusión discriminada, va a evidenciar un trabajo respecto de la tradición selectiva. Ahora, respecto a la cultura emergente, tendría que ver con las formaciones. Se trata de lo que podemos llamar nuevos significados, valores, prácticas, relaciones que se van a crear continuamente.

La complejidad de una cultura no se encuentra sólo en sus procesos variables (tradiciones, formaciones e instituciones) sino también en la relación entre ellas. Un proceso cultural es un sistema cultura que determina rasgos dominantes.

En un análisis histórico es necesario reconocer las interrelaciones que existen entre los movimientos y las tendencias tanto con el sistema dominante como con el resto.

Se debe siempre tener en cuenta en un análisis completo, lo dominante y lo efectivo al igual que lo emergente y lo residual. Se denominará arcaico a aquello que se reconoce del pasado para ser observado y por residual se comprenderá a algo del pasado que aún tiene vigencia en el proceso cultural actual, no sólo como un elemento del pasado sino como un elemento efectivo del presente.

Se denominará emergente a los nuevos significados y valores y nuevas relaciones que se crean. La emergencia cultural y la emergencia de una clase siempre es compleja y debe ser analizada.

En la medida en que un orden social cambia en cuanto a sus propias necesidades de desarrollo las relaciones también lo hacen. Previo a la emergencia de una nueva cultura o cambio social, siempre hay una pre emergencia activa e influyente, aún no gestada que la llevará adelante. En los momentos de transición entre distintos sistemas sociales se dan nuevas formas, o manifestaciones de convenciones sociales, artísticas, etc, -frecuentemente en áreas sociales excluidas por las hegemonías- al mismo tiempo otras que son continuaciones de las anteriores. A esas formas nuevas, Williams las etiqueta como emergentes, mientras que a las que continúan siendo vigentes se las conoce como residuales. Como señaló con posterioridad Alan Sinfield, Williams argumentó la co-ocurrencia de fuerzas culturales subordinadas, residuales, emergentes, alternativas y oposicionales coexistentes con las dominantes, que establecen entre sí distintas relaciones de incorporación, negociación y resistencia. La relación entre formas residuales y emergentes da lugar a procesos complejos y contradictorios en referencia a la cultura dominante, la cual lleva a cabo la formación de una tradición selectiva a partir de procesos de inclusión y exclusión de las formas a su disposición, con la finalidad de reafirmar de manera cultural e histórica los intereses de poder de una clase. La idea del carácter arbitrario de la cultura y de la existencia de una serie de significados escondidos en el pretendido carácter natural de la cultura hegemónica ya fue desarrollada con anterioridad por Roland Barthes, quien, en su texto Mythologies (1970) analiza los procesos a través de los cuales los aspectos definitorios de las clases dominantes son universalizados y naturalizados.

Este proceso se lleva a cabo a través de las instituciones culturales, políticas y económicas, y es uno de los aspectos que más interesan a los materialistas culturales, quienes han estado principalmente interesados en examinar los procesos de inclusión y exclusión, incorporación y marginalización, aceptación y oposición que son característicos de la cultura dominante.

En el fondo podemos hablar de una nueva superestructura. Formada por las instituciones, las formas de la conciencia y las prácticas políticas culturales. Tres elementos necesarios para entender la superestructura que permita el análisis de las formas de la cultura y su campo-

· LAS INSTRUCCIONES: formas legales y políticas que expresan verdaderas relaciones de producción existentes.

· LAS FORMAS DE CONCIENCIA: que expresan una particular concepción clasista del mundo.

· LAS PRÁCTICAS POLÍTICAS Y CULTURALES: un proceso en el cual los hombres tomen conciencia de un conflicto económico fundamental y lo combatan.


  • Williams, R. (2001b). “La cultura es algo ordinario” en The Raymond Williams Reader. Sin Datos de lugar. Sin datos del editor.

  • Williams, R. (2009). Marxismo y Literatura. Bs. As. Las Cuarenta

  • Berman, M.(1989). Todo lo sólido se desvanece en el aire. Bs. As. Siglo XX

  • Bourdieu, Pierre. (2002). Campo de poder, campo intelectual. Buenos Aires: Montressor Jungla Simbólica.

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